Jodida, pero no sorprendida

"Queda la lengua materna"

No me gusta demasiado volver al pueblo: aquí hay poca cosa para mí. No soy una de esas personas que se han ido de su pueblo sin querer, cuando querían quedarse por todos los medios. Yo siempre quise huir y, allá donde quien sea esté romantizando la vida rural, estaré yo aguando la fiesta.

Además, volver aquí me provoca una cierta regresión que no me gusta en absoluto. Cuando vuelvo aquí, a medida que llevo días, voy convirtiéndome en la adolescente que fui con todo lo que eso implica: todas las cosas que he ido trabajando y superando, todos esos patrones que me he ido esforzando en cambiar, vuelven.Vuelvo a ser una Bettie que no es que no me guste, pero no es la persona que quiero ser. Esa Bettie lo hizo lo mejor que pudo con lo que tenía, pero en algo se tienen que notar los 20 años más que tengo ahora, ¿no?

No obstante, hay algo que sí me gusta (además de pasar tiempo con mi padre): que me vuelve el acento. Soy una persona ya con un acento indefinido: la manchuela, Valencia, Andalucía. He ido tomando y soltando a medida que me he ido moviendo. Pero mi acento, el que es verdaderamente mío, es el de aquí, el del pueblo. El que la gente me señala, divertida, cuando me escucha tras haber hablado con mi padre. Y el que me sale del fondo del estómago, de las entrañas, cuando voy caminando por el pueblo y me selañan señoras que ya no conozco, si es que alguna vez llegué a conocer. Hoy una de mis vecinas, a la que adoré de pequeña, se despidió de mí con un "Adiós, mozona" y me emocioné. Qué cosas.

Mientras volvía a casa, tras ese evento, recordé una entrevista a Hannah Arendt que estuve viendo con mis alumnos antes de la vacaciones. Cuando el entrevistador le preguntaba si echaba de menos la Alemania de antes del Reich ella decía que no había mucho que echar de menos. Pero decía que sí echaba de menos la lengua materna y que significaba mucho para ella escuchar alemán por las calles.

Salvando las distancias, algo así me pasa a mí. Me alegra mucho poder hablar mi lengua materna tal y como la aprendí, y no tener que ajustar inconscientemente el vocabulario o el registro porque sé que aquí lo que diga se va a entender.

Hoy elijo regodearme en este goce.

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Comments
  1. Oxoloko — Apr 15, 2025:

    Por aquí otro autoexiliado de la manchuela. Jo, como te entiendo. Yo reconozco que cuando me doy una vuelta por el pueblo pues más allá de ver a mis padres también recuerdo cosas de hace muuuuucho tiempo. Pero hace tanto tiempo que ya no me siento de allí ni de ningún lado...

  2. jodidaperonosorprendidaApr 15, 2025:

    Entiendo perfectamente lo que dices. La vuelta del acento es lo más parecido a la pertenencia que me queda. Y mira que estoy bien en Andalucía. Pero no es lo mismo. Siempre me siento "andaluza de adopción".