Anoche tuve una pequeña crisis existencial. Hablo en pasado como si, en efecto, se me hubiera pasado, pero de eso nada. Al final lo que ocurre es que una se acostumbra a seguir adelante cargando con la desazón y punto, como si en eso consistiera crecer.
Anoche me preguntaba qué sentido tiene nada de lo que hago, en especial, mi trabajo. Teóricamente tengo que educar a mis alumnos en derechos humanos, tengo que animarles a que sean ciudadanos con capacidad crítica y sensibilidad ante las injusticias. Pero de qué sirve, si los que intentan hacer el bien son sistemáticamente pisoteados y los que hacen el mal se salen con la suya sin demasiado problema. De qué sirve lo que yo diga en una, dos o tres horas de clase, o incluso lo que yo sea o demuestre, si el mensaje que a ellos les llega es que lo normal es otra cosa, lo inteligente (entendido como lo beneficioso, lo que provoca menos problemas) es otra cosa y, por tanto, yo, en el mejor de los casos soy una idealista fantasiosa y, en el peor, una estúpida1.
Cuando estoy lúcida pienso que todo acto de bondad tiene sentido, aunque sea simplemente como forma de resistencia. Que todo acto de amabilidad tiene sentido aunque nadie se lo vea. Que en los tiempos en los que lo normal es aceptar la podredumbre y la enfermedad, los locos deberíamos estar orgullosos de esa etiqueta. Pero anoche, y ahora, no está siendo un momento de especial lucidez. De hecho, esas circunstancias que, normalmente, me mandarían el mensaje de «haces falta aquí», ahora solo me hacen pensar que de qué sirve.
No me gusta mucho hablar de mi trabajo, ya me consume más tiempo y energía del que me gustaría, pero si alguno de vosotros o alguna de vosotras tiene alguna palabra de ánimo o similar, la agradeceré. Me quedan muchos años de profesión y nadie me paga por ninguno de mis otros talentos.
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De los que creen que soy una esbirra del perrosanxe o una heralda del «feminazismo» mejor no entramos a hablar. ↩
 
Hay numerosos estudios de los beneficios que el comportamiento altruista hace a los miembros de las diversas especies. La vida no es un juego de suma cero donde es necesario que unos pierdan para que otros puedan ganar, a pesar de lo que diga el liberalismo.
Quiero pensar que algo quedará de ti en tus alumnos, y que incluso los que sean empresarios de éxito se cuestionarán si es necesario pisotear a los demás o si conseguirán mayores beneficios con una gestión amable.
Cuídate mucho.
Hay lugares-refugio imprescindibles para la supervivencia. Cada acto de bondad es uno de esos lugares, es la noción de lo posible. No podrás hacer tú sola que ese lugar sea el domicilio habitual de tus alumnos, y tal vez ni siquiera lo encuentren a voluntad cuando les sea necesario. Pero habrás sembrado ese refugio, la noción del refugio, de la posibilidad de sembrar refugios a su alrededor, de buscar y compartirlos. De la posibilidad de que lo feo no lo cubra todo.
No tengo palabras de ánimo o similar porque, en lo que se refiere a la entrada, pienso y siento como tú. A mí me funciona la irreverencia para sentirme bien. Pruébalo a ver qué tal.
Me uno al club de los estúpidos con alegría (bueno, formo parte de él desde bien pequeñito y no veo que me vaya a dar de baja) porque es lo único que nos queda y porque, también hay que decirlo, en ese club hay gente maravillosa como tú.
Y porque, algunas batallas, hay que darlas, aunque sepamos de antemano que las tenemos perdidas, porque darlas es lo que nos da sentido.
No soy mucho de comentar posts, pero este me ha llegado porque te entiendo, no por haber pasado lo mismo o por experiencia, sino simplemente porque somos humanos y se te ve agotada, cansada, hastiada... Por eso, simplemente lee este mensaje que es para ti, de un desconocido, que te da las gracias simplemente por mostrar esa amabilidad y bondad, por intentarlo. Ahora todo son resultados sin importar el cómo, pero ahí estas, demostrando lo que vales. Solo por eso, ya eres maravillosa y "haces falta", no solo aquí detrás de este texto sino en las aulas, donde aunque no lo sientas, te lo digan... dejas huella. Te deseo lo mejor y que nada ni nadie te detenga. Gracias.
Hola Jodida :) Creo que todos en algún momento pasamos por esa etapa de sentir/pensar que lo que hacemos no sirve. A mí me pasó con mi profesión inicial (en el área de la salud). En mi caso hubo un agravante: además de sentir que no tenía mucho sentido también dejó de gustarme. Llegó un momento en que definitivamente ya no quería saber nada de eso pero tampoco lo podía dejar de golpe por aquello del ingreso.
Lo que hice fue armarme de paciencia y comenzar a adquirir otras habilidades y otros saberes. No curriculares, no profesionales. Solo aprender a hacer otras cosas (exactamente a operar la bolsa). Hoy, un par de años después de la crisis, trabajo desde casa y me siento del carajo. Mi oficina es el estudio de mi casa y trabajo en pijama escuchando música y tomando galones de café. No lo cambiaría por nada y menos volvería atrás. Un abrazo y fuerza para enfrentar esas crisis ;)
Algún sentido tendrá. De vez en cuando surge alguien, alumno/a/e o parental, que te da las gracias por tu trabajo y te reconforta. Desde el punto de vista egoísta, es un trabajo que te da de comer dignamente, luego te jubilas y la gente te tiene envidia. pero sí, conozco ese sentimiento. Ánimo.
Hola,
No sé si te servirá de algo, pero estoy segura de que lo que cuentas a tu alumnado importa. Creo que muchas de las que te leemos ahora nos reconocemos en ese estudiantado al que alguien le dijo que lo peor que se puede ser en esta vida es mala persona.
Ojalá pronto vuelvas a sentirte con fuerza y alegría para las clases y la vida en general, mientras tanto, aquí va un abrazo grande.
Hola!
Quería decirte que normalmente me gusta lo que escribes en este blog y también quería transmitirte ánimos. ¡Ojalá te anime leerlo!
Un saludo!
Hola,
No sé si te servirá de algo, pero estoy segura de que lo que cuentas a tu alumnado importa. Creo que muchas de las que te leemos ahora nos reconocemos en ese estudiantado al que alguien le dijo que lo peor que se puede ser en esta vida es mala persona.
Ojalá pronto vuelvas a sentirte con fuerza y alegría para las clases y la vida en general, mientras tanto, aquí va un abrazo grande.
Muchísimas gracias a todos y todas por vuestras palabras. Esta es, creo, la entrada más comentada del blog hasta ahora. Debéis de haberme visto hecha polvo (lo estoy, probablemente menos del o que imagináis, o a lo mejor me estoy haciendo luz de gas, a saber). En fin. Gracias por los ánimos, seguiré esperando la epifanía que me cambie la vida y me permita estar satisfecha con lo que hago y menos cansada, porque bueno, es agotador.
Mientras tanto, seguiré abrazándome a las señales.
Ay, llego tarde porque atiendo a las RSS cuando me da la vida PERO como padre de 2 criaturas de 10 y 12 que muchas veces se pregunta lo mismo, que sepas que agradezco hasta el infinito cualquier interacción con una persona amable, bondadosa, que denuncia las injusticias y, resumiendo, que les va dando empujoncitos y les ayuda a estar en el lado corecto de la historia.
MIL MILLONES DE GRACIAS ❤️
Y muchos ánimos.