Jodida, pero no sorprendida

Oye, tú: eres preciosa.

Puedo imaginar tu gesto modesto al leer el título (esto es, siempre y cuando te lo hayas tomado como algo personal y no como una frase genérica dirigida a nadie en concreto). He visto cómo reaccionan las mujeres a los cumplidos, especialmente si creen que van dirigidos a su apariencia: el ladeo de cabeza, la vergüenza, el sentir que no se merece el afirmar algo parecido a "no es para tanto". Lo de siempre.

Pero eres preciosa. Es curioso cómo se ha convertido este adjetivo en algo banal, superficial y sin demasiado mérito. Decir a alguien que es preciosa (a los hombres no se les suele decir, en masculino se usa generalmente para cosas, ¡qué cosas, jeje!) es halagar su apariencia, se trata de un cumplido puramente estético. Pero no es ese su significado etimológico. Preciosa tendría un significado parecido a preciada, haría referencia a algo que es valioso. ¿Por qué en la mujer acabó teniendo un significado únicamente estético? Pues quién podrá saberlo, qué misterio más misteriante...

Así que, sí, eres preciosa. Independientemente de tu apariencia y de su ajuste a los cánones establecidos en esta porción del espacio-tiempo. Tu capacidad de esforzarte te hace preciosa. Tu amabilidad. Tu deseo de aprender y mejorar. Tu forma de frenar y reconocer tus derrotas (o empates) y la manera en que, a pesar de todo, sigues adelante (y seguir adelante puede ser, simple y llanamente, amanecer). Que nuestro ser preciosas, que entronca con nuestro valor sea algo reducido solo al plano estético sobre el que, en buena medida, no tenemos agencia (no escogí el color de mis ojos, ni la distancia entre sí, ni la amplitud de mi frente, ni mi metabolismo, ni mi altura ni...) me parece un insulto a nuestra inteligencia. Y nos hemos estado dejando insultar, amiga.

Así que a partir de ahora, cuando alguien te diga que eres preciosa responde, aunque sea al menos de forma interna: lo sé. Aunque lo sientas mentira. Lo mismo un día llega a sentirse más verdad.

PD: este post es para ti, pero también para mí. Mi cuerpo, por razones diversas, está decidiendo ocupar más espacio del que solía y esto me está generando malestar. No porque tenga nada de malo per se sino porque desde que tengo 6 años me han hecho ver que no ser delgada es un fracaso y que la delgadez está por encima de cualquier cosa, incluida la cacareada salud. Y del mismo modo que vivi mi encoger como un logro ahora vivo mi ensancharme, de forma inconsciente, como una derrota. Y quiero explicitar eso para vencerlo. ¿Cómo no van a ser grandes y poderosas estas piernas y estos glúteos que levantan 90 kilos? Tienen que serlo. Así que, independientemente de la talla, el volumen o la celulitis, soy preciosa como persona y mi cuerpo lo es porque me permite hacer cosas fantásticas como caminar, bailar, experimentar la vida y escribir estos textos. Ea.

Thoughts? Leave a comment