Jodida, pero no sorprendida

La voz de mi padre

La voz de mi padre es recia y profunda. Suena a tierra arada, al romperse los gasones, al silencio sobre el trigo recién segado bajo el sol inclemente de agosto. Recuerdo que, cuando yo era pequeña, otros niños le tenían miedo. Yo no lo entendía: mi padre era grande, sí, y su voz era gruesa y rotunda, pero sus ojos siempre se reían (o al menos así era cuando me miraba a mí). No voy a decir que, pese a no entenderlo, no me gustase. Guardaba ese temor de otros niños hacia mi padre como un arma secreta: si el tormento que me causaban se me hacía insoportable, él sería mi vengador. ¡Se iban a enterar!

Hoy hablé con mi padre. Nunca ha sido un hombre de muchas palabras ni yo de esas personas a las que les resulta fácil la charla insustancial. «Si no hablamos, mejor, eso es porque no pasa » suele decirme. Pero en los últimos tiempos me he propuesto hablarle más. Estas semanas se me ha hecho difícil, no he encontrado el tiempo ni la energía. Pero hoy tocaba. Hoy sí. Hemos hablado, como casi siempre, del tiempo. De si llueve, si no, de cómo lo hace, de si causa o no estragos, del cauce de los ríos y los arroyos, de si están soltando algua en el trasvase o han abierto los pantanos. También de su huerta, de la hoya que está preparando y que tiene que tapar para que no se agüe y destapar para que se oree. No son cosas de las que yo sepa demasiado, solo lo que he aprendido por una suerte de ósmosis, pero es lo que él conoce, y me gusta hacer como que yo aprendo y él me enseña.

También hoy acabé 80.000 soldados de terracota de Maribel Llamero Andrés, un poemario que habla de la enfermedad, muerte y duelo por su padre. Su padre no se parece en nada al mío, que no sabe quién fue Sócrates ni ha leído a Séneca ni a Epicuro. Bueno, a decir verdad, mi padre nunca ha leído nada. Aprendió a leer para sacarse el carnet de conducir y ya fue suerte. A mi padre le gusta la música, pero no entiende, así que tampoco hablamos de eso. Creo que no le gusta porque es consciente de todo lo que podría haber aprendido de haber tenido la oportunidad. Pero me quiere con una ternura similar a la que la poeta deja entrever que la quería su padre. Más tosca, sí, pero igual de tierna.

Y estas circunstancias han dado un poco la vuelta al día. He empezado la mañana llorando al escuchar su voz, echándole de menos. Lo he acabado sintiéndome afortunada porque todavía puedo escucharle hablar de ltiempo, de la lluvia y su ausencia, de los frutos que planea obtener de la tierra, si ella se deja. Y eso es mucho.

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Comments
  1. Anonymous — Mar 19, 2025:

    8-)

  2. skrlet13 — Mar 19, 2025:

    "Y estas circunstancias han dado un poco la vuelta al día. He empezado la mañana llorando al escuchar su voz, echándole de menos. Lo he acabado sintiéndome afortunada porque todavía puedo escucharle hablar de ltiempo, de la lluvia y su ausencia, de los frutos que planea obtener de la tierra, si ella se deja. Y eso es mucho." 😭

  3. jodidaperonosorprendidaMar 20, 2025:

    Gracias 🥹💜

  4. Francisco Molinero — Mar 20, 2025:

    Una preciosidad.

  5. jodidaperonosorprendidaMar 20, 2025:

    Muchas gracias 💜