Jodida, pero no sorprendida

Tus errores tienen sentido

Hace aproximadamente un siglo1 recibí este mini cómic sobre los errores titulado «Erasers are wonderful» (las gomas de borrar son maravillosas) y guardé el enlace aquí, en un borrador del blog, porque me apetecía mucho escribir sobre este tema. Y bueno, yo qué sé: más vale tarde que nunca.

En el cómic el autor habla sobre lo mucho que se avergonzaba de borrar mucho porque borrar estaba asociado a cometer errores y los errores eran algo intrínsecamente malo. Supongo que porque acertar es algo intrínsecamente bueno, así que si no estás acertando (que es lo que está bien) pues estás cometiendo un error (que está mal). Esto podría tener sentido si cuando tomamos una decisión, justo antes de hacer nada, sonase una campanita feliz o triste que nos indicase si la decisión es correcta o incorrecta, por ejemplo. A veces no sabes si algo es un acierto o un error hasta que no lo intentas. A veces algo que parece un error acaba siendo un acierto. A veces algo que empieza siendo un acierto se convierte en un error. Y otras veces una se va de cabeza hacia el error, viendo el letrero de neón rosa gigante que dice «ERROR!» porque bueno, el Nobel de Tener La Vida Perfecta no existe y hay errores que una no quiere dejarse sin cometer. Y no pasa nada2.

Parece que tenemos que vivir la vida como un recado: ir del punto A al punto B de la forma más directa y eficiente posible. Pues lamento deciros que si ese es el plan mejor nos pegamos un tiro nada más nacer, porque al final ese es el punto al que llegamos todas, ¿no? Si queremos ser consecuentes ese sería el procedimiento. Pero es que la vida no es un recado sino un paseo: sales, caminas, cambias de calle, descubres mapa, entras en una tienda de cosas que no te puedes permitir aunque finges que sí, acaricias un perrito ajeno, te sientas en un banco a ver atardecer y luego a ver levantarse la luna aunque al día siguiente trabajes... Creo que se entiende lo que quiero decir: vivir no es acertar sino explorar. Y cuando estás explorando no te equivocas: descubres, aprendes, y sí, a veces tienes que arreglar algún desastre, cosas de hacer la exploraceón.

Y diréis: que sí, jodía, que todo eso de explorar está muy bien, pero los errores en la vida tienen consecuencias. Y sí, no lo niego. Sobre todo cuando una no es parte de los grupos privilegiados los errores pesan mucho. Un error puede dejarte sin beca. Un error puede hacer que no te cojan en ese trabajo que necesitas desesperadamente para que no te echen del piso de alquiler. Que yo lo entiendo: para poder seguir explorando el mapa tenemos que ir cumpliendo misiones en el videojuego, al menos en cosas importantes que tienen que ver con la supervivencia material. Pero, ¿equivocarte de pareja? Pos se rompe. ¿Equivocarte de libro para leer? Pues lo dejas. ¿Equivocarte haciendo la tortilla de patata? Pues a la próxima saldrá mejor.

Equivocarse no es fracasar. El tiempo invertido en algo que acaba no siendo «un acierto» no es tiempo perdido. Y ya, dicho sea de paso, desconfiad de quienes dicen no equivocarse nunca y tener siempre la respuesta correcta. Primero, porque eso no hay quien se lo crea. Y segundo, porque probablemente sean un pozo de estulticia.

Y ya estaría. Estás bien. Tus errores tienen sentido. ¡Abrazos, abrazos!


  1. Vale, puede que algo menos, pero hace más tiempo del que me gustaría. 

  2. Sí, amiga, yo también la cagué de gordo sabiendo que la estaba cagando de gordo, no pasa nada, no hay nada mal en ti y te abrazo. 

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