Jodida, pero no sorprendida

Autoficción.

No sé hasta qué punto Yeguas exhaustas es ficción pura y dura y hasta dónde se han colado las vivencias de Bibiana Collado Cabrera. Si tengo que apostar, diría que hay mucha verdad en ese invento. Tal vez porque hay mucha de mi realidad ahí. A saber. Sea como sea, ha conseguido contar una verdad con maestría, independientemente de cuál sea su grado de correspondencia con los hechos.

Al acabar el libro he deseado tener la maestría que tiene ella para contar cosas tan crudas y tan dolorosas. Yo, por no tener ese talento, he preferido durante mucho tiempo callarme. Contar la verdad desnuda, con todo el dolor, con todo el daño, a la gente cercana, pasado ya mucho tiempo. Pero, para los demás, ser la víctima perfecta que guarda silencio y que, por tanto, al callar, otorga que no es víctima de nada, que es la caricatura que su maltratador hizo de ella. Porque la mejor defensa es un buen ataque, y quién va a creer la defensa de alguien que ya se supone loco, manipulado, desquiciado y difícil. Quién va a creer que el entregado novio perfecto era un maltratador y forzaba sus deseos sobre ella a pesar de su llanto. Luego pedía perdón, eso sí. Pero, ¿perdón por qué? Si él era, es y será un caballero de brillante armadura que no ha hecho otra cosa que amarla y que, al parecer, nunca jamás hará otra cosa.

En fin. Cómo me gustaría tener la paciencia y el arte para hacerlo doloroso, real, pero también hermoso. Para decir algo que no convierta la experiencia en patética o en banal. Pero como no creo poder hacerlo, como no tengo las fuerzas para intentarlo, tiro la piedra, escondo la mano y mastico la pena que se siente como arena en la boca.

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Comments
  1. Chuck! — Mar 25, 2025:

    Seguro que el día que te animes encontrarás ese terrible y ese hermoso ;)

  2. jodidaperonosorprendidaMar 25, 2025:

    Bueno, no sé qué decirte.