Para pensar, antes de leer...
¿Sueles habitar tus emociones negativas o te apresuras por salir de ese estado?
¿Crees que las emociones negativas pueden aportarte algo valioso?
¿Puede que en ocasiones te hayas quedado más tiempo del necesario en un «mal lugar» conocido por el miedo que te daba explorar para buscar algo mejor?
Y ahora, el poema:
Spell, de Andrea Cohen
When she left we halved
everything but absence.
I didn’t buy another bed,
but slept on the floor.
It was good for a spell
to have nothing to fall out of.
(traducción pocha hecha por mí)
Por un tiempo
Cuando se fue lo dividimos
todo excepto la ausencia.
No me compré otra cama,
sino que dormí en el suelo.
Estuvo bien por un tiempo
no tener de dónde caerme.
En inglés cuando una se enamora «cae en el amor» (fall in love) y cuando se desenamora «se cae (fuera) del amor» (fall out of love). De ahí el juego de palabras difícil de traducir con desenamorarse y caerse de la cama.
Las emociones no son buenas ni son malas. Aceptarlas es reconocer que son provocadas por lo que sucede a nuestro alrededor o por nosotros mismos. La emoción nos mueve a la acción (e-movere) porque nos impulsa a hacer. De ahí, que precisemos administralas de manera racional para reaccionar de manera adecuada a cada una de ellas. Tenemos ante nuestros sentidos demasiados estímulos que nos producen alegría, tristeza, tranquilidad, nerviosismo, vergüenza, enfado, asco, sorpresa, aburrimiento, miedo… sobre los que hemos de aprender para ser capaces de controlarlos. No digo nada nuevo. Hay que desarrollar sabiduría como conocimiento y conciencia.