Para pensar antes de leer...
¿Se puede mantener la ternura en un mundo que exige dureza?
¿Cómo equilibramos protegernos con querer?
¿Qué preferirías sacrificar, tu «blandura» o tu «dureza»?
Y ahora, el poema:
Fuerte, de Ana Pérez Cañamares
"Los días duros se abren a mi quilla".
Ángela Figuera Aymerich
Soy fuerte. Me rompo en esquirlas.
El problema es que voy
quedándome afilada
y ya no soy más
aquella mujer
habitable
mullida
blanda
yo.
Adviento y Reflexión son dos sustantivos que se complementan y que se dirigen, de manera activa, hacia el llamado Tiempo Nuevo. La persona autora de todos estos días de Adviento es conocedora de sus títulos y sus asuntos porque trae a colación tales momentos acompañados de un poema al punto. La ternura es una cualidad propia de las personas con sensibilidad. Por ello, preguntas por ella aunque sepamos que haya otras gentes pasen por alto todo lo que trae consigo tal delicadeza. A mi no me gusta, para nada, sacrificar la receptibilidad que apareja la ternura. Soy consciente de los riesgos que trae la delicadeza frente a lo infame. Huyo despavorido.