Jodida, pero no sorprendida

#AdvientoPoético - Día 11

Para pensar un poco, antes de leer.

¿Cómo te sientes cuando se acerca tu cumpleaños?

¿Qué te gustaría hacer para celebrar tu próximo cumpleaños?

Piensa en algunas situaciones que hayas superado en este último año y felicítate por ellas.

Y ahora, leamos el poema:

Cumpleaños, de Ángel González

Yo lo noto: cómo me voy volviendo

menos cierto, confuso,

disolviéndome en aire

cotidiano, burdo

jirón de mí, deshilachado

y roto por los puños.

.

Yo comprendo: he vivido

un año más, y eso es muy duro.

¡Mover el corazón todos los días

casi cien veces por minuto!

.

Para vivir un año es necesario

morirse muchas veces mucho.

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Comments
  1. José de Tomás — Dec 11, 2025:

    Un nuevo Adviento de espera pero sin ningún jubileo hacia el nuevo momento que resurge. Se manifiesta un “tempus fulgit” de carácter existencialista que debo sacudir. Es el paso del tiempo un adentrarse, de manera activa, en el pozo del conocimiento, en el mar de las emociones, en la isla de la madurez, en la navegación social… como aspectos positivos. ¡¡Cuánto tenemos por delante!! Harían falta tantas onomásticas para beber todo el cuenco de oportunidades que nos ofrece la existencia, que pretendo poseer el elixir eterno para alongarla. Para ello, hay que indagar en la búsqueda de posibilidades y en la motivación de encuentros con las mismas. Sólo hay que animarse.

  2. José de Tomás — Dec 11, 2025:

    Un Adviento para ti, el paso del tiempo y su utilidad. ¿Te parece aburrido o animado el tiempo que consumes? ¿Cómo pasas el tiempo?

    EL MAR DESMESURADO Quiero intentar los mares todos y ando lejos.

    Yo amo el mar, de enormes ondas, y ansío el oxígeno azulado,

    el mar re-presentado, el mar del otro lado, el mar de las quimeras,

    el mar de tanta historia, el mar de una ardora, el mar fatal,

    el mar cansino, el mar de emigración, el mar inquieto,

    el mar del submarino, el mar de la existencia, el mar amotinado...

    Ese mar de abierta piel que mira hacia cielos excesivos.

    Yo llamo al mar: al Mar de Cangas, al Mar de las Cíes,

    al Mar Caribe, al Mar de Barrañán, a los Mares Ártabros,

    al Mar de la Estaca, al Mar de Lapatiancos, al Mar de Samoutás,

    al Mar de Ulises, a los Mares de Fingal, a los Mares de Fisterra...

    Ese mar de tantos nombres, el mar de ese plural sustantivado.

    Un mar vizoso, potentado, de blancos estallidos, de mil caminos,

    de mil estrellas, cuna de pailebotes, acantilados de aves tan sonoras,

    de furnas melodiosas, de islas derramadas, de aromas perfumados

    de brisas salitrosas, de tanta poesía, de tonos tan variados.

    Ese mar de ostentación, de tantos bailes, de extensas regalías...

    Un mar lleno de mares, de montones, de abundancias, de opulencia...

    Un gran misterio que fascina, que te enjaula, que seduce, que ensimisma.

    ¿Cuántas horas necesitaría para pasarlo?